WIT Amar la Vida

En esta entrada hablaré sobre el proceso de comunicación que se puede observar en los personajes de la película “WIT Amar la vida”.

La trama de la película es la siguiente:

Vivian Bearing de 48 años es una brillante e ingeniosa profesora de literatura inglesa, doctorada en filosofía y experta en poemas del siglo XVII. Sobre todo  en un autor (John Donne) cuyo poema hace de eje transversal de la película. Vivian se ha dedicado por completo a  la vida universitaria, siendo una profesora exigente e intransigente. Su tranquila y solitaria existencia se ve alterada cuando se le diagnostica un cáncer de difícil curación (cáncer ovárico metastático en estadio IV). Su única alternativa es someterse a un tratamiento experimental cuya eficacia no ha sido todavía demostrada.

Haciendo uso de su inteligencia e ingenio, Vivian afronta esta dura prueba, en la que acabará por darse cuenta de que el amor a la vida es su mejor arma. 

A continuación analizaré la comunicación no verbal, la paralingüística, la proxémica, la paralingüística, la kinésica, el tacto, etc. que es utilizada por los diferentes personajes a lo largo de la película.

• El Dr. Kelekian: La película comienza con la conversación que tiene la protagonista con este hombre, el cual le comunica su enfermedad. La forma de hacerlo es con una distancia personal, un tono de voz tranquilo y adecuado, sin embargo habla bastante rápido y no deja mucho tiempo para que la protagonista lo asimile, usa un lenguaje muy técnico y no tiene cuidado al explicar las posibles complicaciones de la quimioterapia, explica la enfermedad como si se lo explicará a un alumno y no a alguien que lo padece. Denota intranquilidad si se le interrumpe, apenas hace ningún tipo de gestos, ni utiliza el tacto para comunicarse e intentar mostrar compasión por la protagonista. A lo largo de la película sigue mostrándose de igual forma, trata a la paciente como si estuviera seguro de que lo hace bien aunque se equivoque, no parece mostrar mucha empatía por los pacientes, los ve simplemente como enfermedades y posibles investigaciones, no le importa no disminuir la dosis de quimio, y no parece darse cuenta del estado de la protagonista cuando entra en la habitación y le pregunta que cómo está, cuando claramente se aprecia que mal. En las conversaciones no da mucha oportunidad para participar, escucha pero también pregunta lo mínimo. No se puede decir tampoco que sea asertivo.

• Técnico de rayos: Ni siquiera se presenta cuando llega la protagonista, además este la trata con muy poca amabilidad, sin mirarle a los ojos en ningún momento de la conversación, utiliza un tono de voz cansino, sin explicarle el procedimiento. Después de llevar tanto tiempo en el hospital y realizarse tantas pruebas el técnico sigue sin acordarse de la protagonista, incluso se va de repente sin darle explicaciones y la deja allí sola, todo porque es su hora de descanso. Esto muestra la poca empatía y profesionalidad de este individuo.

• El técnico de TAC: No quiere siquiera escuchar a la protagonista y encima le pide explicaciones sobre donde está la silla como si ella tuviera que saberlo.

• El residente Jason: No mira a la protagonista cuando le está realizando la entrevista clínica, las preguntas las formula de forma muy teórica y vuelve a preguntar sobre aspectos que ya conoce porque han aparecido durante la entrevista anteriormente a esa pregunta, está claro que le escucha poco. Se muestra nervioso, y no le mira a los ojos cuando pregunta. Tampoco le explica lo que le va a hacer. No muestra ni pizca de empatía al salir de la habitación cuando le está realizando una exploración ginecológica y la deja abierta de piernas. Durante la exploración ni le habla para tranquilizarla, ni siquiera la mira, ni le da explicaciones de lo que comprueba. Cuando le dice que se tranquilice al mismo tiempo su voz denota intranquilidad, no es para nada asertivo. 

Incluso habla de algo que puede ser incomodo para ella, como es el hecho de que ya la conocía de antes. Su comunicación no verbal dice que encuentra algo, al decir “Dios”, como que hay algo malo o sorprendente, pero curiosamente no se lo explica.

A lo largo de la película el residente le pregunta cómo está pero no la escucha, pasa directamente a otro tema. Le diagnostica como si no tuviera importancia lo que le está ocurriendo o cómo si fuera normal. Muchas veces entra en la habitación sin recordar que está ella dentro, diciendo en voz alta cosas que podrían molestarla.

El residente cuando habla de algo que le apasiona se acerca a la paciente e incluso la mira a los ojos. No se da cuenta de que los pacientes pueden sentir miedo a la muerte y le hace saber, sin darse cuenta, que ella no le importa en absoluto. Cuando la protagonista esta casi en las últimas el residente llega a hablar de ella como si ya estuviera muerta.

Durante la película tanto el médico, como el residente, no presentan a la protagonista el resto de médicos residentes que la están estudiando. Hablan como si no estuviera ella delante, con muy poco respeto hacia sus sentimientos. Ninguno de los médicos se acerca o le toca amablemente. Y se van sin explicarle nada. 0% empatía.

• La enfermera Susi: Al principio se comporta de forma poco empática, entra en la habitación sin asegurarse de cómo está la protagonista. Le parece poca la cantidad de vómito, y no piensa en lo que le ha podido sufrir la protagonista para devolverlo. Sin embargo luego irá cambiando, se aprecia que es una persona empática que se da cuenta del dolor que está sufriendo la protagonista, utiliza el tacto para acercarse a ella y decirle que llame cuando quiera. Además es asertiva pues sabe reconocer los sentimientos de la protagonista y la mejor forma de tratarlos. Esto se puede apreciar cuando tienen la conversación mientras comen un polo y le dice que se va a morir porque tiene metástasis y le propone la posibilidad de que no la reanimen, se lo explica de una forma cercana y amable, pues sabe que si no lo hace ella, se lo acabarían explicando los médicos de una forma más dolorosa. Cuando la protagonista se encuentra cada vez peor, la enfermera sigue cuidándola, le da crema en las manos, tocándola con cariño.

• La protagonista Vivian: Era profesora, y recordaba durante su estancia en el hospital las clases y sus alumnos. Cuando esta hablaba a sus alumnos, se encontraba a una distancia social o pública para dirigirse a todos. Ella no solía ser muy sociable, ni tampoco asertiva y empática con los demás y mucho menos con sus alumnos. Cuando le hace una pregunta al alumno adormilado, este baja la mirada y calla denotando que no sabe la respuesta. También cuando habla con el alumno que desea ausentarse en un examen por motivos familiares, le habla con tono de burla, sin mirarle. 

Debido al trato sanitario, llegará un momento que no deje de pensar en que no vale nada, que solo es una enfermedad andante.

• La profesora Eve:  La cual le había dado clases a la protagonista, le dice que sabe cómo se siente porque lo ve, aunque no creo que pueda comprenderlo en realidad. Se puede observar que la profesora se siente mal por ver así a su antigua alumna. Se acerca más a ella para hacer que se sienta mejor, abrazándola. En este caso utiliza el tacto tanto para aproximarse como de terapia. Le lee un libro y así la protagonista puede agarrarse a su profesora en los últimos minutos de su vida.

• El equipo de reanimación que aparece al final de la película para intentar reanimar a la protagonista, no hace caso  de las advertencias de la enfermera ni del residente que les avisan, nerviosos, que no es una paciente para reanimar.

Después de visualizar la película no he podido evitar sentir odio hacia esos sanitarios que no han sabido valorar y respetar la vida y el sufrimiento de la protagonista Vivian. La dignidad de las personas está por encima de todo y eso se debería inculcar en todos los ámbitos de la sociedad, y más aún, en aquellos donde el dolor y la enfermedad hacen darnos cuenta de lo importante que es la salud y el bienestar, y las ganas de vivir que tenemos.