viernes, 11 de noviembre de 2011

El espejo



En esta dinámica toda la clase nos pusimos por parejas y sentados en el suelo, por dictamen de la profesora. Primero uno debía sin hablar comunicarse mediante gestos y, a su vez, la persona que está delante imitarlos, así durante cinco minutos aproximadamente. Después se cambiaban los papeles durante otros cinco minutos. Y trascurrido este tiempo, la profesora nos daba otros cinco minutos para que lo repitiésemos esta vez alternando los papeles como quisiéramos.


Lo cierto es que ha sido una técnica muy divertida. Se requería de una gran compenetración por parte de los implicados. Al ser espejos debíamos estar muy atentos del compañero, mirarlo en todo momento. Y al ser conductores debíamos tener un espíritu emprendedor y de guía, sin vergüenza mostrar al compañero lo que debía imitar y no extrañarse al ver su conducta refleja de la nuestra.  Mi compañero y yo hemos sabido conectar bien, también por la buena relación que teníamos anteriormente. Yo quizás me he sentido algo más incomodo al principio, cuando me tocó ser conductor, quizá porque soy más vergonzoso y porque no estoy acostumbrado a mandar.
En mi opinión este ejercicio nos ha servido para aumentar nuestra capacidad observadora, y a pesar de que no podíamos hablar creo que nos ha servido también para desarrollar una buena escucha activa, la cual no solo se caracteriza porque entendamos lo que el emisor nos dice, si no que mostremos mediante gestos que le seguimos, e incluso cuando ya hay una gran compenetración imitemos sus gestos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario