En esta
entrada analizaré el escrito llevado a cabo por Joan Costa en el que reflexiona
sobre la afirmación, ya generalizada, “Es imposible no comunicar” que se
extrajo de la obra de Paul Watzlawick, P. Pragmatics on Human Communication, en
versión castellana: Teoría de la comunicación humana.
Es
cierto que cuando leí esta frase me vino a la cabeza que, incluso con nuestro
silencio podemos estar comunicando algo, y que todo lo que nos rodea, animado e
inanimado nos envía señales que podemos interpretar y darles un significado.
Esto es, al menos, lo que creemos.
En este punto el autor nos
propone preguntarnos por qué creemos esto. Y nos explica su hipótesis sobre que
existen dos motivos: 1.Psicología de la centralidad y 2. Retórica de la
convicción.
Sin entrar en profundidad, el
primer motivo es una cuestión psicológica, es la tendencia que solemos tener a
humanizar las cosas, al decir que los objetos pueden comunicarnos o enviarnos
señales, y esta tendencia está ligada a la idea que durante siglos ha estado en
la cabeza del ser humano, de que el hombre es el centro del mundo y la
importancia que tienen las cosas va en función de cómo nos afecten. El segundo
motivo se refiere al poder de las
palabras, la capacidad de convicción o de seducción que tiene las palabras en
la frase “es imposible no comunicar”, la frase en cuestión suena a desafío por
su tono contundente y a la vez suena a paradoja, pues sorprende afirmando algo
a través de una doble negación, rechazando así toda otra posibilidad, cualquier
razonamiento.
Ambas razones sirven para
explicar por qué entendemos que la afirmación “es imposible no comunicar” es
una verdad indiscutible.
El problema es que Paul
Watzlawick no escribió eso exactamente, sino “es imposible no comunicarNOS”,
esto cambia el significado completamente, pues se refiere específicamente a nosotros, a los humanos y al carácter relacional de esta clase de comunicación.
Sin embargo, la frase “es
imposible no comunicar” se podría explicar en la parte de la semiosis que el
profesor Roland Posner, llama “la pragmática de la semiosis no comunicativa”.
Esta indica que existe formación de significados en la mente de uno, incluso
fuera de un proceso de comunicación, es decir, sin
necesidad de una fuente emisora ni un código, simplemente existe un receptor que percibe los signos naturales,
aunque no exista la intención de enviar el mensaje. Por ejemplo, un fenómeno
como es el cielo nublado, no es un ser con voluntad ni intención de
comunicarnos algo, pero sí consigue que nosotros al percibirlo le demos un
significado y reaccionemos de un modo u otro, en este caso cogiendo un paraguas.
El ser humano se encuentra inmerso en un mundo, obligado a relacionarse con los
elementos que están y se producen en él. Todos esos elementos producen “signos”
para el ser humano, aunque no haya comunicación, sí existe la formación de significados a partir de estos signos. Hay
Semiosis (creación de significado a través de la percepción de un signo), más concretamente, una semiosis no comunicativa, pues no hay comunicación pero sí creación de significado a través de un signo.
El autor resume hasta aqui las ideas en tres conclusiones:
a) el significado se produce,
también, fuera del proceso comunicativo, ya que en nuestro mundo todo puede ser
signo de algo para alguien.
b) todo signo significa algo que
siempre está fuera de él.
c) el significado no está en los
signos sino potencialmente, y cristaliza en la mente que lo produce al
interpretarlo.
Estas consideraciones, opino que
se podrian simplificar, con la frase que escribió Lewis Carrol de: “Las
palabras significan lo que queramos que signifiquen”.
Por lo tanto podemos decir que
exiten dos tipos de semiótica: comunicativa y no comunicativa. En la comunicativa,
siempre hay una intención por parte de un emisor de enviar un mensaje al
receptor, el cual forma el significado en su mente. La no comunicativa se produce
sin haber una intención de por medio, por ejemplo, cuando creamos
significado a partir de algo inanimado como es el tiempo que hace fuera, o de
los gestos involuntarios que hace una persona.
Así que a pesar de que la frase
“es imposible no comunicar” pueda parecer irrefutable, lo cierto es que no todo
comunica, pues para ello pienso que debe existir una intención por parte del emisor, y ese emisor ser un ser humano.
Lo que sí es cierto es, que “todo significa”, no hay nada de lo cual no puedas
crear un significado (semiosis).
Por lo tanto, este articulo sirve
para comprender mejor qué es la comunicación, cómo y cuando se produce, y la
importancia que tiene su aspecto relacional. Además el hecho de comprender que
se puede crear significado sin existir comunicación, es clave para entender que
tenemos la capacidad de penetrar en la mente de una persona y percibir aquello
que ella no quiere que conozcamos, observando sus signos no intencionados.
Estas conclusiones me resultan
muy interesantes para comprender la importancia de la comunicación para el ser
humano y seguir estudiando esta asignatura, y más si tengo en cuenta que
entender estos aspectos de la semiosis me ayudará en la situación de
encontrarme trabajando de enfermero y tener que detectar si un paciente está
diciendo la verdad o no observando sus signos, o si calla por alguna razón, al
fin y al cabo intentar entenderlos mejor siendo más observador con lo que me
rodea.
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